Excluidas desde 1869 por el Código Civil de Vélez Sarsfield y colocadas en una posición de subalternidad que demandó luchas individuales y colectivas, las mujeres argentinas recorrieron un largo camino hasta lograr el reconocimiento de sus derechos.
Algunos proyectos de ley de principios del siglo XX, presentados en su mayoría por legisladores provenientes del socialismo, intentaron modificar esta situación. Basta mencionar cuáles eran las reformas que proponían para describir la precaria situación en la que se hallaban las mujeres. Mientras en el Congreso Nacional se discutía la libertad de acción sobre sus bienes, el país se preparaba para dar un gran salto hacia una forma más “democrática” de gobierno. La ley Sáenz Peña, sancionada en 1912, aseguraba el acceso al voto universal, secreto y obligatorio. Con un detalle: las mujeres no eran consideradas el sujeto “universal”. Condiciones similares en el ámbito laboral y en el político dieron forma a los primeros programas de lucha de estos movimientos, impulsados por una imperiosa necesidad de conquistar la emancipación.