El espacio doméstico parece imponerse como destino de las mujeres desde hace siglos. “El ángel del hogar” supo expresar, antes que una forma de elogio, un modo de confinar a las mujeres a las tareas de la casa: el cuidado de los hijos (propios y ajenos), la limpieza de los hogares (propias y ajenas), la cocina, pero también el trabajo en los salones de caridad fueron y son algunas de las labores más fuertemente generizadas, propias de una verdadera división sexual del trabajo. Las tareas de cuidado fueron y son trabajos feminizados, aun si en los hechos las mujeres trabajan en fábricas, en talleres y en cualquier tipo de actividad “masculina”.

Luego de las reformas educativas, los reclamos y avances en el mundo de la educación, donde Juana Manso tuvo un rol fundamental, muchas mujeres entraron al mundo laboral de la enseñanza. Las aulas, sin embargo, se convirtieron rápidamente en un espacio capaz de reproducir el espacio doméstico, donde las responsabilidades eran, sobre todo, de cuidado. El trabajo en el hogar y el trabajo en las escuelas continúan siendo, hasta hoy, trabajos fuertemente invisibilizados, infantilizados y generizados.

El ingreso al ámbito universitario fue también terreno de disputa. Las primeras universitarias argentinas —Cecilia Grierson, Elvira Rawson, Petrona Eyle, entre otras— dieron cuenta de ello en sus tesis, en las que, entre otras cosas, reivindicaban y exaltaban la importancia de una perspectiva femenina en la medicina. A través de la Asociación de Universitarias Argentinas, que ellas mismas fundaron, realizaron el Primer Congreso Femenino Internacional en 1910.

El ámbito del periodismo fue quizás el primero en manifestar el descontento de las mujeres y poner en circulación sus militancias. El 8 de enero de 1896, un editorial en el periódico anarquista La voz de la mujer decía: “Y bien: hastiadas ya de tanto y tanto llanto y miseria, hastiadas del eterno y desconsolador cuadro que nos ofrecen nuestros desgraciados hijos, los tiernos pedazos de nuestro corazón, hastiadas de pedir y suplicar, de ser el juguete, el objeto de los placeres de nuestros infames explotadores o de viles esposos, hemos decidido levantar nuestra voz en el concierto social y exigir, exigir decimos, nuestra parte de placeres en el banquete de la vida. ¡Todo es de todos!”.

Periodismo feminista

Durante el siglo XIX la prensa escrita fue sin lugar a dudas uno de los espacios predilectos para llevar a cabo la contienda ideológica que diera forma a nuestra nación. Las mujeres no estuvieron al margen de estas luchas y utilizaron el periodismo como un medio para hacer llegar a otras sus ideas y propagar el reclamo de igualdad frente a los hombres. Las publicaciones La Aljaba, La Camelia, Álbum de Señoritas, La Flor del Aire, La Siempre Viva y La Alborada del Plata, aparecidas entre 1830 y 1877, fueron redactadas y/o dirigidas por mujeres destinadas a mujeres; sus títulos, bajadas y lemas describen el perfil de cada una de ellas.

  • - 1830


    La Aljaba. Dedicada al Bello Sexo Argentino, Buenos Aires, Imprenta del Estado, 1830-1831.

    La revista La Aljaba. Dedicada al Bello Sexo Argentino, dirigida por Petrona Rosende de la Sierra, contenía en su bajada el propósito y reclamo que daba forma a la publicación: “Nos libraremos de las injusticias de los hombres, solamente cuando no existamos entre ellos...”.

  • - 1852


    La Camelia, Buenos Aires, Imprenta Republicana, 1852.

    El lema de La Camelia, redactada por mujeres que decidieron mantenerse en el anonimato, rezaba: “Libertad: no licencia; igualdad entre los secsos” (sic).

  • - 1854


    Álbum de Señoritas. Periódico de Literatura, Modas, Bellas Artes y Teatros, Buenos Aires, Imprenta América, 1854.

    Álbum de Señoritas, dirigida por Juana Manso, decía en las primeras líneas editoriales: “Todos mis esfuerzos serán consagrados a la ilustración de mis compatriotas, y tenderán a un único propósito: emanciparlas de las preocupaciones torpes y añejas que les prohibían hasta hoy hacer uso de su inteligencia, enajenando su libertad y hasta su conciencia, a autoridades arbitrarias, en oposición a la naturaleza misma de las cosas...”.

  • - 1864


    La Flor del Aire. Periódico Literario Ilustrado Dedicado al Bello Secso, Buenos Aires, Pinto, 1864.

    La Flor del Aire, dirigida por Lope del Río, fue una revista literaria en cuya bajada se leía: “Periódico Literario Ilustrado. Dedicado al Bello Secso. Literatura-Sátira Decorosa-Teatros-Modas-Variedades”. En sus páginas se destacaba como redactora Juana Manso.

  • - 1864


    La Siempre-Viva. Periódico Literario Ilustrado, Dedicado al Bello Sexo Argentino, Escrito por Señoras, Buenos Aires, Imprenta de Mayo, 1864.

    La Siempre-Viva, continuación de La Flor del Aire, fue un “Periódico Literario Ilustrado, Dedicado al Bello Sexo Argentino, Escrito por Señoras”. Ellas eran Juana Manso y Juana Manuela Gorriti. En su editorial se leía: “No vengo solo a contraerme a sostener el órgano de la Moda que es la cultura exterior: sino a crear un órgano de los intereses morales, e intelectuales de la mujer, que la instruya en su verdadero destino, la consuele en sus secretos pesares, y amenice sus tareas domésticas”.

  • - 1877


    La Alborada del Plata. Literatura, Artes, Ciencias, Teatros y Modas, Buenos Aires, Imprenta de M. Biedma, 1877-1880.

    Juana Manuela Gorriti publicaba un semanario de literatura, artes, ciencias, teatro y modas cuyo fundamento era: “La Alborada del Plata, llevará por divisa: virtud, educación y regeneración social de la mujer [...] De la felicidad de la mujer, depende la de todo el género humano; nosotros que conocemos la importancia del rol social que está llamada a desempeñar en las sociedades presentes y en las generaciones futuras, nos proponemos [...] trabajar por el enaltecimiento social de la mujer, en nuestra humilde esfera intelectual...”.

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