Desde 1936, para las fechas patrias, Patoruzú se vistió con los emblemas nacionales para las poderosas ilustraciones de portadas, enarbolados con orgullo y desarticulando la solemnidad con su incorregible alegría de “mono” caricaturesco, hasta patentarse él mismo como ícono de la argentinidad. A su vez, su cómica figura guió el proyecto de Quinterno, durante los últimos años de la década del treinta, de crear una gran cantidad productos derivados del héroe: lanzó varios muñecos de Patoruzú, alcancías de Patoruzú y Upa, entre muchos otros. Los ambiciosos proyectos de Quinterno llevaron también a que en 1941 se lanzara finalmente la producción del corto Upa en apuros, que se entrenaría en 1942 como el primer dibujo animado en colores de la cinematografía argentina, suscitando elogios del propio Walt Disney.
La historieta del tehuelche logró expandirse más allá del horizonte nacional mediante diversos caminos. No solo utilizaron su imagen como ícono en los escudos de los aviones que los argentinos pilotearon en la Segunda Guerra Mundial para identificar su origen, sino que además en 1942 comenzó a publicarse la serie Patoruzú en un singular periódico neoyorquino, PM (“Picture Magazine”). De orientación liberal, roosveltiano y antifascista que tuvo colaboradores como Ernest Hemingway, Erskine Caldwell y Dr. Seuss, publicó la historieta Patoruzú hasta 1948. Finalmente, hay quienes sostienen que la influencia de nuestro héroe llegó a cruzar el Atlántico. No se puede evitar percibir cierta reminiscencia en el Ásterix y Obelix de René Goscinny, quizás producto de su encuentro con las tiras de Patoruzú y su hermano Upa durante la infancia del historietista francés en nuestro país.

The Adventures of Patoruzú, Estados Unidos, Green Publishing, invierno de 1946.

“Les demostraré [a los estadounidenses] que sabemos hacer historietas, y hasta películas de dibujos animados…”.

Dante Quinterno en revista Aconcagua, nro. 21, octubre de 1931

Quinterno viaja por primera vez a Estados Unidos en 1932. Viaja para aprender. Tiene grandes proyectos: si bien faltan años para que establezca un sistema de creación de historietas de factura grupal, el autor de Patoruzú ya lo prefigura en un reportaje de 1931 y apunta a la producción de dibujos animados.
Recién una década después logra estrenar una producción precedida de dificultades tales como la obtención de material fílmico importado desde los países en plena guerra. En ese marco viaja a Argentina Walt Disney, quien además de cumplir funciones como una suerte de embajador cultural, estrena producciones dirigidas especialmente a la región. Disney habría manifestado su admiración por Quinterno, con quien ya se conocían desde la década anterior, pero no puede dejar de considerarse que el sur suponía un mercado potencialmente valioso en tiempos en que la Europa, convertida en campo de batalla, ya no lo era.
Lo cierto es que el proyecto de Quinterno de ser el gran productor de dibujos animados del sur termina drásticamente con su primera producción de 1942, contemporánea con el inicio de la publicación de Patoruzú en un singular periódico neoyorquino, PM (“Picture Magazine”). De orientación liberal, roosveltiano y antifascista, tuvo colaboradores como Ernest Hemingway, Erskine Caldwell y Dr. Seuss. Publicó la historieta Patoruzú hasta 1948, año en que dejó de salir. En 1957, Green Publishing dedicó a una singular versión de Patoruzú el ejemplar nro. 6 del segundo volumen de All Top Comics. 

“Jonás y la ballena”. Tinta y témpera, 14 x 50 cm (1938). Patoruzú (semanal), nro. 89, 29 de mayo de 1939. / “Patoruzú. Jonás y la ballena”. PM Weekly, nro. 41, Nueva York, 29 de marzo de 1942.

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