En 1948, bajo la consigna “El voto queremos”, se gestó la primera movilización masiva de mujeres en la historia del país. Décadas después, las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo aglutinaban en otra consigna un grito colectivo: “¡30.000 detenidos desaparecidos, presentes!”. En la década del setenta, dos militantes dejaban un mensaje en el subte porteño: “Lesbianas: no están solas”. En 2017, en la estación Constitución, el mismo mensaje se escuchó multiplicado en un único grito: “¡Ningún beso nace hétero!”. “Soy Gente”, irrumpió Karina Urbina en 1991 para reclamar por una ley que llegaría en 2012, gracias a otro grito colectivo: “Ley de identidad de género ¡ya!”. La cresta de la ola feminista no tardó en llegar: en 2015 se exigió “Ni una menos” a una justicia que ignoraba los crímenes de odio contra lesbianas, mujeres, travestis y trans. La misma ola se tiñó de verde para pedir “Aborto legal, ¡ya!” en una jornada que quedará en la memoria. Porque la historia de los derechos conquistados es, sobre todo, la historia de las luchas.