Exposiciones Biblioteca Nacional Mariano Moreno

Educación: un proyecto revolucionario

A pocas semanas de la Revolución de Mayo, Mariano Moreno escribía, en un artículo titulado “Educación”, publicado el 13 de septiembre de 1810 en La Gazeta de Buenos Aires, con el que la Junta de Gobierno anunciaba la creación de la Biblioteca Pública de Buenos Aires, estas palabras: “Toda casa de libros atrae a los literatos con una fuerza irresistible, la curiosidad incita a los que no han nacido con positiva resistencia a las letras, y la concurrencia de los sabios con los que desean serlo produce una manifestación recíproca de luces y conocimientos, que se aumentan con la discusión, y se afirman con el registro de los libros, que están a mano para dirimir las disputas. Estas seguras ventajas hicieron mirar en todos tiempos las bibliotecas públicas como uno de los signos de la ilustración de los pueblos, y el medio más seguro para su conservación y fomento”. En los siguientes meses, muchos ciudadanos comprometidos con el curso de la Revolución ofrecieron sus libros familiares para que, requiriéndolos de los anaqueles de la nueva institución, todos aquellos dispuestos a esforzarse en el camino del conocimiento pudiesen ilustrarse mediante el trabajo de la lectura.

La Fundación de una Biblioteca

La fundación de la Biblioteca Pública generó gran entusiasmo entre los patriotas, muchos de los cuales ofrecieron sus libros depositándolos primero en una Sala del Cabildo, para luego ser trasladados y puestos a disposición de los lectores a partir del 16 de marzo de 1812, día en que en salones de la Manzana de las Luces abrió la Biblioteca sus puertas sin acto oficial. La primera década de vida de la Biblioteca se caracterizó, no obstante, por constantes dificultades edilicias y materiales, registradas en el Libro de cargo y data, un documento preparado por Luis José de Chorroarín, que se encuentra actualmente en el Archivo General de la Nación, en el que se listan minuciosamente los ingresos y erogaciones de la institución. El estudio pormenorizado de ese valioso documento por parte de Alejandro Parada permitió reconstruir la vitalidad y pujanza de la Biblioteca en su primera década de vida, a pesar de las constantes dificultades que enfrentaban sus bibliotecarios y usuarios.